-¿Qué está pasando?, ¡No puedo mover mi cuerpo!, ¿Alguien me puede escuchar?, ¡Auxilio, por favor! –Gritaba en completo silencio Andrea desesperadamente. Todo parecía sacado de la peor de las pesadillas y aquella experiencia era verdaderamente traumante. De pronto, entre impotencia y desesperación pudo ver su cuerpo desde arriba. Se encontraba flotando a 1 m de distancia de su caja contenedora y su alma levitaba agitadamente por sobre la cama. Y para aquel entonces, el miedo y la impotencia ya se habían apoderado de su mente. Segundos después de razonar que todo era una mala broma de su subconsciente, logró aterrizar sus pies sobre el suelo y con gran esfuerzo, pudo desplazarse a través de la habitación. A cada paso que daba, su alma era muchos más pesada y difícil de mover. Para cuando pudo llegar a la puerta, apenas y logró sujetar el frío llavín. Ésa noche de Julio, Andrea, había llegado temprano a casa procedente del trabajo. El día fue completamente agotador y súbitam...
Quizás y algún día el amor te toque, María Dolores, pero mientras eso sucede, que tu amor no se desborde.