
El ojo humano percibe una determinada cantidad de colores,
recibe los estímulos luminosos procedentes del entorno y los transforma en sinfonías
de información que viajan a lo más recóndito de nuestros cuerpos nerviosos, mas
no logra apreciar de la realidad su máxima y verdadera expresión del todo.
Un día logre ver entre sorpresa y admiración tú alma, incandescente,
sencillamente hermosa, con un delicado tono
rosa, de leves matices con inclinación a lo sublime y con tenues pincelazos de energía
y fuego que arde, sin embargo, inalterable e inverosímil… cual si fuese un árbol
de cerezos plantado en los jardines de mi cuerpo, que va creciendo y dando
frutos conforme a este amor que te profeso.
Cual si amarte fuese mirar sin ojos y verlo todo, germinando
en cada beso nuestra flor de los cerezos, regalandote en mis versos, mi vida y de ella el todo.
Entre a este blog de casualidad, buscando imagenes de cerezos después de haber soñado algo que me conmovio por dentro. Lograste captar justo lo que senti en ese momento. Aunque inconciente. Mis felicidades, sos un poeta de alma. Saludos!
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