
-¡María! Levántate que ya pronto amanecerá- Gritaba agitada
doña Mercedes abuela de la que no quería despertar…
-Un minuto más abuelita, que a mordidas y patadas me separo
de mi cama mas esta no me quiere soltar- Contesto María de los Ángeles con
tremenda vivacidad.
-Anda Muchacha no me hagas suplicar, mira que al señor de la
casa no le gusta esperar, mucho menos cuando de su alimentación se trata y máxime
si del desayuno vamos a hablar- Con total franqueza y benevolencia la abuela la
invito a colaborar.
Al cabo de cinco larguísimos minutos de espera nuestra pequeña mujercita se incorporo a las
tareas del hogar e hizo espacio para los trozos de leña que en la hornilla
doña Mercedes habría de colocar para avivar el fuego y calentar la vieja
cafetera y los frijoles que mas tarde en la mesa del patrón habrían de terminar.
De pronto como por arte de raciocinio y no de casualidad, María hizo a su abuela
una pregunta que esta jamás habría de olvidar:
-Abuelita, ¿vivimos bajo el poder de un señor Feudal?- con
total naturalidad la niña había logrado preguntar y con entera tristeza doña
Mercedes no hizo más que negar:
-No hija, los señores Feudales no existen mas, eso fue allá
en los tiempos de inquisición- Con confianza la abuelita explicó más no convencida de
la veracidad de su contestación.
-Es que yo pensé que nuestro patrón era uno de esos señores ya
que tú y yo vivimos y respiramos por su voluntad y no pensamos más que en trabajar
y trabajar para su total tranquilidad, lo confundí con lo que en la charla de
catecismo la hermana Virginia el domingo nos logro enseñar- con una voz frágil y
confusa María de los Ángeles a su abuela logró tranquilizar… mas esta curtida
de años y experiencias a su pequeña nieta con estas palabras pudo aconsejar:
-No desmayes hija mía que aunque en estos tiempos saber de más
es pecado algún día las cosas cambiaran y aunque aun no vayas a la escuela algún
día entenderás que callar no es pecado y mucho menos acción de cobardes, en cambio aceptar las cadenas que nos vuelven
esclavos es peor que callar- con fe y esperanzas aquella pobre abuela logro
sentenciar.
La mente de un niño cual sea la edad no comprende nada de
eufemismos y sistemas económicos que destruyen la dignidad. Sin embargo, siente
y percibe en su entorno lo que es luchar por vivir que es lo mismo que sobrevivir
y diferenciarlo de lo que es vivir en libertad.
que bien, buen escrito, pero ¿por que en rima? Dr Zeus.
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