La violencia y la persecución de los y las luchadoras sociales en nuestro país, va en escalada. Cada día son más las personas asesinadas y desplazadas de manera forzosa bajo el actual régimen dictatorial de Juan Orlando Hernández Alvarado, actual presidente de la República; reelecto ilegalmente a través del desvergonzado fraude electoral del año recién pasado.
Los niveles de represión en suelo nacional han alcanzado diferentes escalas que van desde la persecución selectiva de lideres y lideresas, hasta la violencia colectiva y generalizada contra la población en resistencia, pero poco a poco, la dictadura se asienta y disfruta de dicha condición.
Ya son más de 40 compatriotas, entre hombres y mujeres, los que han perdido la vida desde los recién pasados comicios electorales generales celebrados en noviembre del año 2017. La cruenta represión se pinta color sangre sobre las calles de nuestra ya desangrada patria y la vida cada vez se devalúa aún más en la tierra que vio nacer a Morazán.
El futuro se nos escapa día a día en el país de las maravillas. Habrá que hacer de tripas corazón o perpetuarnos juntos, todos y todas, sobre la irresoluble e infinita nada.
Morir se vuelve opción cuando ya no hay lugar hacia donde correr.
Ya son más de 40 compatriotas, entre hombres y mujeres, los que han perdido la vida desde los recién pasados comicios electorales generales celebrados en noviembre del año 2017. La cruenta represión se pinta color sangre sobre las calles de nuestra ya desangrada patria y la vida cada vez se devalúa aún más en la tierra que vio nacer a Morazán.
El futuro se nos escapa día a día en el país de las maravillas. Habrá que hacer de tripas corazón o perpetuarnos juntos, todos y todas, sobre la irresoluble e infinita nada.
Morir se vuelve opción cuando ya no hay lugar hacia donde correr.
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