La necesidad de tu piel y mis manos en tus mejillas, se
extraviaron en la bruma de tu nombre, en el deseo de todo hombre, por al menos encontrar el amor una
vez en su vida... Cambiando de un momento a otro mi postura ante la dinámica y amplitud
de los días.
Las leyes de la vida se simplifican ante lo complejo de las
circunstancias y sin razones previas la ciencia se claudica, cuando la física
no entiende y mucho menos explica, la lógica de tus besos y su efecto en esta boca,
que por obra y gracia de tus labios, empiricamente
hoy declaro, bendita.
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