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Mostrando entradas de agosto, 2012

Hoy solo quiero ser tuyo

Hoy quiero ser tuyo como nunca lo fui en la vida, ser tuyo y de nadie mas… no cual si fuera un objeto o cosa alguna, quiero ser tuyo en espíritu, alma y cuerpo como lo es del Sol la Luna y como el murmullo es del viento en la noche oscura. Como lo es la lluvia del suelo y sus cultivos... como mi boca es tuya y mi alma el regalo más grande que por derecho te pertenece y morir una vez más por uno de tus besos. Sí, por uno de esos que aceleran el pulso y alborotan los nervios, de los que me resucitan, hacen bailar y sentir más que vivo. De los que solo tú sabes darme y yo recibirlos.

Cuando la desnudez se opaca

Quítate la ropa, que la desnudez se opaca ante los disfraces  de tu cuerpo. Y tu piel, el traje más elegante que tiene tú alma se desangra entre tanta falda y medias claras… El morbo es para los que no tienen cielo y la vergüenza perdió la llave de tus entrañas. Libérate, que tu único traje es el color canela de tu piel por las mañanas.

Ya son más de Cinco Siglos Muriendo en los Montes

¿De quién es ésta, mi tierra que me han robado? ¿Acaso es del sucio y mezquino "hombre" de la urbe? ¿O de los cara pálida de occidente o del norte? No se por qué la pacha mama les ha dado cuerpo y también nombre...  Si por más de cinco siglos  han destruido mis bosques,  quemado mis cultivos,  violado a mis hijas  y aun así se hacen llamar "hombres". ¿De quién es éste “Dios” que me imponen?  Si ya miles de los míos han muerto  buscando la paz que propone…  Si ya los indios no somos más que reliquias  en museos de Londres.  Mi pueblo llora  y con él también lloran los bosques,  ya son más de cinco siglos  muriendo en los montes. 

¡A mi no me dan atol con el dedo!

Se considera un Estado fallido a toda aquella nación cuyos sistemas de gobernación, régimen político y modo de administración carecen de toda funcionalidad. Honduras, país con una población que excede los 8 millones de habitantes, subsiste gracias a una débil economía basada en los ingresos generados a partir de las remesas enviadas por hondureños y hondureñas en el extranjero, dependiendo de diversos organismos financieros y países cooperantes, se declara en banca rota el pasado mes de enero, aunque para ser sinceros nosotros nunca hemos sido Estado, por lo tanto de independencia sólo tenemos lo que en el escudo nacional en forma de leyenda o fabula se narra. Sonará trillado y quizá grotesco, pero actualmente nos ubicamos en los primeros lugares en cuanto a índices de violencia y delincuencia se refiere, careciendo de políticas internas que regulen y modifiquen dicha situación, contamos con uno de los aparatos penitenciarios y de seguridad más obsoletos en el mundo moderno. Po

Manuelito el Malabarista

Todos los días son una nueva y difícil aventura de supervivencia para quienes como Manuelito, no tienen más que calles y aceras por residencia. En su mundo, los adultos son seres incomprensibles que circulan a diario en eso que él llama carros, y que dependiendo del humor que tengan aumenta la cifra de Lempiras y centavos que tiran por la ventana o en el mejor de los casos, los que algunas personas educadamente le dan en la mano. Sus herramientas de trabajo; tres naranjas que entre tanto golpe recibido, con suerte podrá comer de ellas algunos gajos, mismos que aun no habrán madurado por las inclemencias del contacto que sufren con el suelo al caer cuando cambia la luz del semáforo. No todos los días son malos, hoy recibió de una extraña un emparedado y ayer súbitamente un joven de gafas le había regalado una galleta y diez Lempiras para que la acompañara con algo. Quizá, y esos regalos no cambiaron la vida de nuestro joven amigo, pero sin lugar a dudas, lo hicieron

Mariano el Agricultor, el Buey, el Arado y la Yunta.

Al Sur de la capital de Profundidades (Cualquier parecido con la realidad es mera e imprevista coincidencia), en un pequeño pueblo habita Mariano Rodríguez el agricultor, joven y diestro en su profesión, el cual trabaja las tierras de su patrón, ya que el precio de la misma es alto y solo en tres vidas humanas reuniría suficiente riqueza material para poder presentar oferta a quien se la alquila y exige producción constante como ofrenda a cambio de un lugar en donde habitar y de el obtener también su fuente de comida. -Resulta ser que la vida en algunos lugares es inmensamente maligna y desmesuradamente injusta- Le dijo en amena plática el arado a la yunta… -Tenés razón, las cosas no siempre son justas, ya que quienes trabajamos somos los que menos gozamos de lo que con esfuerzo y ahínco generamos en extensas jornadas  de lucha- contestó al Arado la Yunta. -¿De qué se quejan?- preguntó el Buey cansado de una larga jornada al Arado y a la Yunta. -De lo que a vos y a