Quizá las mil y un maneras de decir te amo, se reduzcan a un
simple pero en el fondo (muy en el fondo) expresivo e inquieto sentimiento… tal vez la
no creencia en la existencia de un ser supremo me permite verte tal como sos, y
amarte como sos, y sin tener contemplado el equivocarme, sabrás que no soy ateo
del amor, pero si de lo que aquellos y a veces vos, conocen y denominan como “Dios”.
Mi dudosa y limitada “racionalidad” me dice que la vida es
mucho más de lo que mis ojos, sumados a los tuyos pueden mirar, que la esencia
de lo eterno esta en este mundo y no en uno que solo existe a nivel mental… que
mi alma, por muy abstracta que sea, no es más que las ganas y fuerzas, que los
mismos días y tu vida me dan para nunca dejarte de amar… y como ya seguramente
lo sabrás, sí soy ateo… de todo, menos de amar.
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