Actualmente, la sociedad en general, nos plantea un reto como grupo y sub estructura dentro del aparato societal. Así mismo, pretende hacernos ver como otro indicador más que refleje tasas de mortalidad, y no como agentes participantes dentro de la transformación del mundo que nos tocó por hogar. Haciéndonos esclavos del concepto de individuos transitorios de este momento en el espacio-tiempo llamado vida.
Es aquí donde vale la pena hacernos las siguientes preguntas: ¿Es ser joven un problema social?, ¿Es acaso un delito perder la cordura a falta de "madurez" e "inexperta racionalidad"?, ¿Qué hemos hecho para no ser considerados indispensables en el proceso de transformación del mundo?
¿Qué es ser joven? Acaso la edad es sinónimo de incapacidad?, ¿Es entonces, la juventud, un árbol carente de raíces para sujetarse al suelo y razonar? ¿Es quizá, para el resto del mundo, un delito pensar diferente, sentir y vivir con intensidad?
Ser joven no es opuesto a saber tomar decisiones, mucho menos antónimo de inteligencia e innovación, ser joven es marcar en millas por hora la transición entre el ayer, el hoy y el después. Ser joven es debatir, es pensar-hacer y hacer-pensar, es luchar contra lo bueno y lo malo que hoy por hoy nos toca vivir, tolerar y aceptar.
Ser joven es asumir los retos sin temor a errar, es ver la vida y su abanico de posibilidades como una probabilidad, es sentir, es soñar.
He aquí la juventud como una etapa en este rompecabezas llamado mortalidad. Como asumir nuestro rol depende de nosotros. Definir nuestra importancia y el valor de nuestra existencia es tarea propia y de nadie más. Derribar los muros de la inexperiencia y la timidez, es plantearnos que queremos y quienes queremos ser, y como respuesta a la primer pregunta, ser joven es ser y dejar ser. Es tolerar, amar, crear y movilizar, y no solo cambiar nuestro presente, sino también el futuro de los demás, de los que algún día vendrán y ocuparan éste privilegio llamado: hermosa y relativa juventud.
Ser libres y vivir el mundo que queremos es la tarea pendiente, disfrutar dicha realidad, nuestro legado para los niños y adolescentes que heredarán nuestra lucha, coraje y dignidad. Ser joven es reír, es ser amado y por ende amar.
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