- ¿Crees tú, Pedrito? -Preguntó ella con un tono de melancolía.
- Si querida mía, no sólo lo creo, lo siento.
- Si tú lo dices es porque es cierto, mi querido Pedro. -Secundó la Luna.
- Quizá y nuestra relación mejore teniéndonos más cerca. Prometo con gusto esperar esa fase en la que te acercas más a la Tierra, para darte un beso en la mejilla izquierda y seguidamente otro en la derecha. -Dijo el Chacal con fervor y deseo aquella promesa.
- Mi amado Pedro, cuánto más quisiera yo poder mirarte cara a cara y tenerte entre mis brazos sin demoras ni tardanza.
-Imposible no será mi amada Luna, más tardará el hombre en profanarte que mi alma en llegar y amarte como nunca. -Declaró Pedro con ternura.
-Así lo espera mi alma amado mío… así lo espera. -Dijo con esperanzas la Luna antes de despedirse de su tan galante enamorado mientras la noche moría.
Nunca antes ella, la Luna, se sintió tan amada por nada ni nadie. Era evidente que los sentimientos y mucho más el amor, nada sabían de diferencias ni distancias, por muy extensa que fuese la demora, o duras que fueran las circunstancias. Todo estaba dado para consumar aquel amor entre ambos seres que en verdad se amaban. El uno, Chacal en la Tierra, y ella, la Luna en su espacio.
Cheque Pri-cuñado :D
ResponderEliminarHey, que ondix. Eso me llevo a pensar en cosas xD.
ResponderEliminarLo dejo hasta ahi, me ha gustado.